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Las leyes tienen muchas razones filosóficas y prácticas para su existencia y para su aplicación, una de las más importantes es garantizar la seguridad en la convivencia social.
La gente necesita saber que no le robarán, que no le atacarán y que podrá obtener justicia en caso de ser víctima en un crimen.
La ley también protege y obliga en los grandes tratos, ayuda a dar certeza en el futuro y pacta condiciones que igualan el terreno en casos de desconcierto.
Una y otra vez Andrés ha demostrado un marcado desdén a la aplicación general de la ley, en varias ocasiones se ha pronunciado en contra de la justicia o de considerar que el pueblo está por encima de la ley.
El problema más grande radica en su aplicación asimétrica de la ley, esta es para todos excepto para él y para su gente, tan es así que se justifica con la misma ley, interpretaciones o ideologías para justificarse a sí mismo por la impropia aplicación.
Ejemplos hay, lamentablemente cientos. López se burla del estatuto al hacer consultas sin las bases claras, al crear las figuras de “testigos protegidos”, al querer cambiar los tiempos de duración de su mandato con la tramposa “revocación”, al hacer campaña en los estados en que hay elecciones próximas y a través de sus ataques a la oposición en su programa cómico electoral.
Su principal motivación siempre ha sido mantener su imagen y la herramienta de elección desde hace años habían sido las “benditas redes sociales”, esto principalmente por el público joven que las usa y lo moldeable de su corta retentiva.

En las redes, principalmente Facebook, twitter e Instagram la historia se vuelve intrascendente a través de millones de mensajes diarios que moldean la realidad a su necesidad.
Por años “las benditas redes” le dieron el univocismo que tanto disfruta y manipula a su voluntad y necesidad; pero el tirano olvida que sus métodos pueden ser usados en su contra y desprecia aun más lo que una sociedad civil organizada puede hacer, él quiere ser siempre la única voz de mando en sus granjas y le es incomprensible que tanta gente realmente pueda expresarse en su contra, pero es la verdad.
López ya no es el rey de las redes y ni siquiera el dinero del erario invertido en bots ha sido suficiente para revertir una clara tendencia de un México que decide quitarse la venda de los ojos.
Twitter en su concepción es más libre que otras redes lo que lo hace menos susceptible a la difusión de sus mentiras, es por ello que ha decidido pelearse con esta red y tratar de socavar su credibilidad a través de múltiples ataques sobre supuestas granjas auspiciadas por esta red así como la denuncia infundada de “intervención panista”.
Prefiere ignorar su propia inversión y su RedAMLO y como siempre quiere interpretar los hechos a su gusto y debido a sus ideales y tergiversaciones pide que la ley debe ser asimétrica, una balanza cargada a su lado y no debe considerar las múltiples faltas perpetradas por él y sus seguidores, pero si las de sus opositores.
Sus discípulos convencidos de que una ley es injusta si no favorece a su mesías usan errores pasados para justificar a su líder.
La ley debe aplicarse para todos, de la misma manera y nadie puede estar exento del cumplimiento, un error pasado en su aplicación o una injusticia anterior NO puede justificar una excepción actual.